lunes, 15 de octubre de 2012

Rompe las cadenas amorosas: "El amor es libertad"

 

 

El verdadero enemigo de las relaciones es el miedo, que nos roba la tranquilidad interior y nos lleva a dejar de ser nosotros mismos para complacer a los demás. 

 

1. Una pareja de indios que se amaban locamente y tenían mucho miedo de perder ese amor fueron adonde el hechicero de la tribu para que les preparara un bebedizo mágico que les asegurara el amor eterno. El chaman les dijo: “Les puedo preparar esa pócima, pero antes cada uno debe ir solo a cazar un halcón y un águila, sin hacerles daño y traerlos vivos. La india traerá el halcón y el fuerte joven el águila real”. A la semana los dos jóvenes regresaron, creyendo que esas preciosas aves que habían cazado iban a ser sacrificadas para extraer su sangre y preparar el antídoto mágico, pero para sorpresa de ellos, el anciano aseguró: “Amárrenlas una a la pata de la otra con un lazo de cuero y suéltenlas. La pareja de enamorados obedeció.
En medio de la polvareda que hicieron las dos aves, tratando de levantar vuelo, cayeron varias veces al piso y desesperadas por no poder volar libremente, arremetieron violentamente entre ellas a picotazos, lastimándose y haciéndose mucho daño mutuamente. Después de que ellos, aterrados, vieron lo que sucedió, el hechicero expresó: “En el amor no se puede tener al otro amarrado, porque terminarán al igual que estas aves; por eso, no se arrastren por el piso, abran sus alas y vuelen juntos en algunas partes del camino, pero libres como el viento”.

2. No hay nada más frustrante y opuesto al amor que el miedo implacable que invade, destruye y nos roba la paz interior. Es precisamente ese miedo latente al fracaso, a sentirse rechazado o no querido, el que lleva a muchas personas a estados deplorables de mendicidad, haciendo que se arrastren ante el otro. Cuando esto sucede, aquella relación se convierte en un infierno viviente, ya que esa extorsión y manipulación vienen del miedo y no del amor y hace que esa persona termine haciendo cosas que nunca quiso hacer ni decir. Por eso, cuando te sacrificas y dejas de ser lo que eres por complacer a esa persona amada, lo único que encontrarás es sufrimiento.

3. Muchas veces existe tanto miedo a levantar la cabeza y retirarse dignamente de ese campo de batalla, en el que reinan la indiferencia y el desamor, que se prefiere continuar soportando la situación, llegando a un desgaste emocional inmenso, cuando el otro, movido por la culpa y la lástima, sintiéndose extorsionado, empieza a tratar de salir de allí sin ocasionar tanto daño y sufrimiento, llevándolo a jugar ese tire y afloje compulsivo que no hace nada bien. Esto convierte tu vida en una monotonía que te quita tu espontaneidad, la capacidad de crear y disfrutar nuevas situaciones, robándote la alegría y el poder de elegir con libertad lo que quieres.

Fuente: Alómujeres.com

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