El preludio o precoito sexual es un aspecto clave para el inicio de cualquier
relación sexual, así como parte fundamental para que ambas partes
alcancen el estado ideal físico y emocional para dar el siguiente paso
en la intimidad.
La sensualidad, el erotismo y la comunicación sexual son ingredientes
esenciales para una experiencia placentera y satisfactoria. Sin
embargo, es muy frecuente que debido a ciertos detalles, falta de
experiencia, nerviosismo o ansia, los hombres incurran en algunas
prácticas durante el preludio sexual que son poco recomendables, pues
tienen un efecto contrario en ellas.
Errores más comunes:
“El lenguaje del preludio o pre coito es sensual, colorido y tiene como objetivo la
seducción del otro”. Es flexible y fluido, pero se deben evitar ciertas
cosas que pueden ser poco deseables, como las que se mencionan a continuación:
1. Apresurarse a desvestirse. No fuerces las cosas, intentado desnudar a la mujer antes de que ella te de una clara señal de que eso es lo que desea.
2. Desvestirse a medias. A ninguna mujer le gusta
sentirse presionada ni que no te tomas el tiempo para hacerlo todo
cuidadosamente. Además de verse poco sensual los pantalones a las
rodillas, implicará mayor dificultad para desempeñarse bien.
3. Tomar fotos o video sin consentimiento. No
creas que a todas las mujeres les encanta ver que las grabas, de hecho,
para muchas es más angustiante saber que lo haces; por ello, si te piden
que no lo hagas, déjalo de lado, de lo contrario ella sólo se
preocupará por ello en lugar de disfrutar la relación.
4. Chupetones. Es algo altamente erótico el
practicar suaves y delicadas succiones en los lados del cuello o de las
piernas e inglés, si lo haces con cuidado, porque si te sientes Drácula
le dejarás un recuerdo poco agradable y/o doloroso.
5. No preguntes cosas obvias. En ocasiones, con el
afán de saber todo lo que le gusta, puedes caer en ser aburrido y poco
espontáneo. Aprender a reconocer sus reacciones y lenguaje corporal te
guiará de mejor manera para saber lo que la excita.
Uno de los mayores secretos para un excelente preludio o precoito sexual, según
diversos especialistas, es dejarse llevar por el deseo mismo, pero bajo
la premisa de que todo lo que hagas sea con la intención de centrar el
placer en tu pareja, lo cual se verá “recompensado” en igual o mayor
intensidad.
Un espacio para educar, informar, hablar desde lo humano, la cotidianidad, el sentir del dia a dia del género como aprendizaje social y la expresión de la sexualidad vinculada a dichos aprendizajes.También de las diferentes disfunciones sexuales frecuentes en Mujeres y Hombres.También de la diversidad sexual y los derechos humanos, la salud es un derecho, la salud sexual y salud reproductiva son derechos humanos.
jueves, 29 de agosto de 2013
sábado, 24 de agosto de 2013
10 SEÑALES DE VIOLENCIA EN EL NOVIAZGO
Cuando se
menciona la palabra “violencia” al instante se piensa en agresiones físicas,
mutilaciones, homicidios, sin embargo ésta está presente en la vida cotidiana
de las relaciones de pareja que en muchas ocasiones para desapercibida.
Esperanza
Carlos Hernández, psicóloga de la UNAM en entrevista con SD explica que “la
agresión puede surgir cuando el hombre y la mujer están en desacuerdo y
compiten por el control y la influencia. Si uno de los dos siempre quiere tener
el dominio de la relación puede generar una pareja con problemas de
agresividad”. Recomienda en estos casos aprender a reconocer cuando no se está
participando equilibradamente en las decisiones de pareja, por ejemplo, uno de
los dos siempre elige a qué lugar ir, qué ropa comprar o usar, impide ir a
fiestas, hasta llegar a influir o controlar el comportamiento laboral o social
del otro.
El INEGI en
conjunto con el Instituto Nacional de las Mujeres ha llevado a cabo en tres
ocasiones la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los
Hogares (ENDIREH), donde se registran los casos de violencia tanto físicos como
emocionales que sufren las mujeres en el país. En los criterios de evaluación
identificaron cinco tipos de violencia: física, emocional o psicológica, sexual,
económica y patrimonial.
La versión
más reciente de este estudio se realizó en 2011 con encuestas realizadas en 128
mil viviendas en ámbitos rurales y urbanos, donde se recabó que del total de
las cuestionadas de 15 años o más, un 46.1% había sufrido algún incidente de
violencia en pareja en su actual o última relación, siendo el Estado de México
la entidad con mayor porcentaje (56.9%), el DF está en cuarto lugar con casi
52%. Un 42.4% de estas mujeres dijo haber recibido agresiones emocionales y el
24.5% declaró que, en algún momento de su relación, su pareja intentó controlar
la forma en que gasta su dinero.
Por otro
lado, la violencia física se vio reflejada en 13.5% de este grupo,
provocándoles daños permanentes o temporales, en este rubro – una vez más- el
Estado de México resultó más alto. En cuanto a la violencia sexual, el 7.3% de
ellas dijo haber sido intimidada o dominada para tener relaciones sexuales sin
su consentimiento.
Además de
los datos duros, la encuesta también dejó entrever que muchas señales de
violencia son ignoradas o incluso justificadas, por ejemplo, casi un 17 por
ciento de las mujeres estuvo de acuerdo con que ““una esposa debe obedecer a su
pareja en todo lo que él ordene” y otro 15% consideró como una obligación el tener
relaciones sexuales con su cónyuge. Respecto a eso, la también catedrática de
la Facultad de Psicología de la UNAM identifica algunos de los factores por los
que las personas pueden desarrollar actitudes violentas o solaparlas: Maltrato
o poco afecto por parte de los progenitores, desempleo, por imitar los que
hacen otras personas que emplean la agresión para resolver problemas, pasar por
un proceso de divorcio, alto nivel de estrés, sentimiento de frustración por
los fracasos sentimentales o laborales a lo largo de su vida, los valores
respecto a la agresión que predominen en su estrato social o que comparten con
amigos y familiar.
IDENTIFICACIÓN Y PREVENCIÓN
En ambas investigaciones el común denominador,
y aspecto más preocupante es que las personas son incapaces de identificar la
violencia como tal, es decir, creen que es natural que en una relación se llame
a todas horas, se cele y se golpee “jugando”. Esta “ceguera” se da porque la
agresión durante el noviazgo tiene un alto contenido afectivo y emocional que
hace que se disfrace y pase desapercibida. Sumado a las educaciones
costumbristas que algunas personas podrían tener y conceptos como el machismo.
La especialista Esperanza Carlos diferencia las agresiones en físicas y en
emocionales, en las primeras identifica los golpes, jalones, insultos, amenazas
y las expresiones que persiguen el propósito de herir a la otra persona como
“Decir ‘qué fea te ves hoy o qué tonto eres’ “, ejemplifica. Por la parte
emocional, “cuando alguien es muy hostil logrando que la persona se sienta mal,
afligida, afectando a la pareja, mientras el agresor no siente remordimiento
alguno, con frases como ‘Tú nunca puedes lograr nada”.
Algunas
señales de violencia psicológica a identificar es cuando tu pareja reacciona de
forma exagerada a situaciones de celos, chantajes, o situaciones de la vida
cotidiana y puede ser un alto nivel de riesgo. Algunas personas tienen
inclinación permanente a la violencia, otros usan la agresión para lograr algún
propósito y algunos otros son sólo rápidos en explotar en ira intensa”,
continúa la psicóloga Carlos Hernández.
Aquí te
dejamos 10 señales con las que podrás
reconocer si tu pareja tiene tendencia a la agresión o si te encuentras dentro
de una relación peligrosa:
1. Te pone apodos o te llama de maneras
que te desagradan, sobre todo en público.
2. Ha intentado chantajearte
sentimentalmente, o lo has descubierto mintiendo y engañándote.
3. Trata de controlar tus actividades,
con quién sales, revisa tu celular e incluso te hace prohibiciones.
4. Te cela, insinúa que andas con
alguien más, o te compara con sus ex novias.
5. Ha destruido alguna posesión tuya
(cartas, regalos, celulares).
6. Identificas que te “manosea” o hace
caricias agresivas.
7. Te ha golpeado argumentando que es
“de juego”.
8. Ha ocurrido violencia física:
cachetadas, empujones, patadas hasta puñetazos.
9. Amenaza con golpearte, encerrarte,
dejarte o incluso con matarte.
10. Te obliga a tener relaciones
sexuales o incurre en violaciones.
La psicóloga hace referencia a Virginia Satir,
una terapeuta estadounidense: “un factor determinante en la forma de calificar
una experiencia amorosa o tener expectativas ante ella es la autoestima pues
‘entre más elevada sea, menos dependeremos de la demostración concreta y
continua de valor que tenemos del cónyuge, para sabernos valiosos.
Por el contrario, si nuestra concepción del yo
es baja, tendremos a depender de las autoafirmaciones constantes originando
ideas equivocadas de lo que puede ser el amor´”, dice. Ante las primeras
señales, indica que es muy probable que la violencia aumente o que pase del
abuso psicológico al físico, por lo que se recomienda estar consciente de las
consecuencias y buscar ayuda profesional. En cuanto a los casos más graves se
debe acudir a interponer una denuncia a la delegación correspondiente, o al
Centro de Atención a la Violencia Intrafamiliar (CAVI).
Por último,
Esperanza Carlos nos dice que “el amor no puede cumplir con todas las
exigencias que la vida de pareja presupone, también son fundamentales la inteligencia,
la información, la conciencia y la competencia, complementando la satisfacción
del individuo. No debes tener una relación violenta, debes tener una pareja
complementaria y compartir la vida”.
Este contenido ha sido publicado originalmente por SINEMBARGO.MX en la siguiente dirección: http://www.sinembargo.mx/30-06-2013/659780. Si está pensando en usarlo, debe considerar que está protegido por la Ley. Si lo cita, diga la fuente y haga un enlace hacia la nota original de donde usted ha tomado este contenido. SINEMBARGO.MX
Este contenido ha sido publicado originalmente por SINEMBARGO.MX en la siguiente dirección: http://www.sinembargo.mx/30-06-2013/659780. Si está pensando en usarlo, debe considerar que está protegido por la Ley. Si lo cita, diga la fuente y haga un enlace hacia la nota original de donde usted ha tomado este contenido. SINEMBARGO.MX
Cuando se menciona la
palabra “violencia” al instante se piensa en agresiones físicas,
mutilaciones, homicidios, sin embargo ésta está presente en la vida
cotidiana de las relaciones de pareja que en muchas ocasiones para
desapercibida.
Cuando se menciona la
palabra “violencia” al instante se piensa en agresiones físicas,
mutilaciones, homicidios, sin embargo ésta está presente en la vida
cotidiana de las relaciones de pareja que en muchas ocasiones para
desapercibida.
Cuando se
menciona la palabra “violencia” al instante se piensa en agresiones físicas,
mutilaciones, homicidios, sin embargo ésta está presente en la vida cotidiana
de las relaciones de pareja que en muchas ocasiones para desapercibida.
Esperanza
Carlos Hernández, psicóloga de la UNAM en entrevista con SD explica que “la
agresión puede surgir cuando el hombre y la mujer están en desacuerdo y
compiten por el control y la influencia. Si uno de los dos siempre quiere tener
el dominio de la relación puede generar una pareja con problemas de
agresividad”. Recomienda en estos casos aprender a reconocer cuando no se está
participando equilibradamente en las decisiones de pareja, por ejemplo, uno de
los dos siempre elige a qué lugar ir, qué ropa comprar o usar, impide ir a
fiestas, hasta llegar a influir o controlar el comportamiento laboral o social
del otro.
El INEGI en
conjunto con el Instituto Nacional de las Mujeres ha llevado a cabo en tres
ocasiones la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los
Hogares (ENDIREH), donde se registran los casos de violencia tanto físicos como
emocionales que sufren las mujeres en el país. En los criterios de evaluación
identificaron cinco tipos de violencia: física, emocional o psicológica,
sexual, económica y patrimonial.
La versión
más reciente de este estudio se realizó en 2011 con encuestas realizadas en 128
mil viviendas en ámbitos rurales y urbanos, donde se recabó que del total de
las cuestionadas de 15 años o más, un 46.1% había sufrido algún incidente de
violencia en pareja en su actual o última relación, siendo el Estado de México
la entidad con mayor porcentaje (56.9%), el DF está en cuarto lugar con casi
52%. Un 42.4% de estas mujeres dijo haber recibido agresiones emocionales y el
24.5% declaró que, en algún momento de su relación, su pareja intentó controlar
la forma en que gasta su dinero.
Por otro
lado, la violencia física se vio reflejada en 13.5% de este grupo,
provocándoles daños permanentes o temporales, en este rubro – una vez más- el
Estado de México resultó más alto. En cuanto a la violencia sexual, el 7.3% de
ellas dijo haber sido intimidada o dominada para tener relaciones sexuales sin
su consentimiento.
Además de
los datos duros, la encuesta también dejó entrever que muchas señales de
violencia son ignoradas o incluso justificadas, por ejemplo, casi un 17 por
ciento de las mujeres estuvo de acuerdo con que ““una esposa debe obedecer a su
pareja en todo lo que él ordene” y otro 15% consideró como una obligación el
tener relaciones sexuales con su cónyuge. Respecto a eso, la también
catedrática de la Facultad de Psicología de la UNAM identifica algunos de los
factores por los que las personas pueden desarrollar actitudes violentas o solaparlas:
Maltrato o poco afecto por parte de los progenitores, desempleo, por imitar los
que hacen otras personas que emplean la agresión para resolver problemas, pasar
por un proceso de divorcio, alto nivel de estrés, sentimiento de frustración
por los fracasos sentimentales o laborales a lo largo de su vida, los valores
respecto a la agresión que predominen en su estrato social o que comparten con
amigos y familiar.
IDENTIFICACIÓN
Y PREVENCIÓN En ambas investigaciones el común denominador, y aspecto más preocupante
es que las personas son incapaces de identificar la violencia como tal, es
decir, creen que es natural que en una relación se llame a todas horas, se cele
y se golpee “jugando”. Esta “ceguera” se da porque la agresión durante el
noviazgo tiene un alto contenido afectivo y emocional que hace que se disfrace
y pase desapercibida. Sumado a las educación costumbrista que algunas personas
podrían tener y conceptos como el machismo. La especialista Esperanza Carlos
diferencia las agresiones en físicas y en emocionales, en las primeras
identifica los golpes, jalones, insultos, amenazas y las expresiones que
persiguen el propósito de herir a la otra persona como “Decir ‘qué fea te ves
hoy o qué tonto eres’ “, ejemplifica. Por la parte emocional, “cuando alguien
es muy hostil logrando que la persona se sienta mal, afligida, afectando a la
pareja, mientras el agresor no siente remordimiento alguno, con frases como ‘Tú
nunca puedes lograr nada”.
Algunas
señales de violencia psicológica a identificar es cuando tu pareja reacciona de
forma exagerada a situaciones de celos, chantajes, o situaciones de la vida
cotidiana y puede ser un alto nivel de riesgo. Algunas personas tienen
inclinación permanente a la violencia, otros usan la agresión para lograr algún
propósito y algunos otros son sólo rápidos en explotar en ira intensa”,
continúa la psicóloga Carlos Hernández.
Aquí te
dejamos 10 señales con las que podrás reconocer si tu pareja tiene tendencia a
la agresión o si te encuentras dentro de una relación peligrosa:
1. Te pone apodos o te llama de maneras
que te desagradan, sobre todo en público.
2. Ha intentado chantajearte
sentimentalmente, o lo has descubierto mintiendo y engañándote.
3. Trata de controlar tus actividades,
con quién sales, revisa tu celular e incluso te hace prohibiciones.
4. Te cela, insinúa que andas con
alguien más, o te compara con sus ex novias.
5. Ha destruido alguna posesión tuya
(cartas, regalos, celulares).
6. Identificas que te “manosea” o hace
caricias agresivas.
7. Te ha golpeado argumentando que es
“de juego”.
8. Ha ocurrido violencia física:
cachetadas, empujones, patadas hasta puñetazos.
9. Amenaza con golpearte, encerrarte,
dejarte o incluso con matarte.
10. Te obliga a tener relaciones
sexuales o incurre en violaciones.
La psicóloga hace referencia a Virginia Satir,
una terapeuta estadounidense: “un factor determinante en la forma de calificar
una experiencia amorosa o tener expectativas ante ella es la autoestima pues
‘entre más elevada sea, menos dependeremos de la demostración concreta y continua
de valor que tenemos del cónyuge, para sabernos valiosos.
Por el contrario, si nuestra concepción del yo
es baja, tendremos a depender de las autoafirmaciones constantes originando
ideas equivocadas de lo que puede ser el amor´”, dice. Ante las primeras
señales, indica que es muy probable que la violencia aumente o que pase del
abuso psicológico al físico, por lo que se recomienda estar consciente de las
consecuencias y buscar ayuda profesional. En cuanto a los casos más graves se
debe acudir a interponer una denuncia a la delegación correspondiente, o al
Centro de Atención a la Violencia Intrafamiliar (CAVI).
Por último,
Esperanza Carlos nos dice que “el amor no puede cumplir con todas las
exigencias que la vida de pareja presupone, también son fundamentales la
inteligencia, la información, la conciencia y la competencia, complementando la
satisfacción del individuo. No debes tener una relación violenta, debes tener
una pareja complementaria y compartir la vida”.
Este contenido ha sido publicado originalmente por SINEMBARGO.MX en la siguiente dirección: http://www.sinembargo.mx/30-06-2013/659780. Si está pensando en usarlo, debe considerar que está protegido por la Ley. Si lo cita, diga la fuente y haga un enlace hacia la nota original de donde usted ha tomado este contenido. SINEMBARGO.MX
Este contenido ha sido publicado originalmente por SINEMBARGO.MX en la siguiente dirección: http://www.sinembargo.mx/30-06-2013/659780. Si está pensando en usarlo, debe considerar que está protegido por la Ley. Si lo cita, diga la fuente y haga un enlace hacia la nota original de donde usted ha tomado este contenido. SINEMBARGO.MX
Por: Daniela Medina - junio 30 de 2013 - 0:00
Revista SD, TIEMPO REAL
Por: Daniela Medina - junio 30 de 2013 - 0:00
Revista SD, TIEMPO REAL
Por: Daniela Medina - junio 30 de 2013 - 0:00
Revista SD, TIEMPO REAL
domingo, 9 de junio de 2013
Hablar de educación de la sexualidad con valores…
“Noooooooo doctora, Usted está
loca”…………
Trabajo con adolescentes entre 14
Y 17 años y hoy en día, en su contexto social
todos los modelos de sexualidad de nuestros jóvenes no son agradables. En la era donde los modelos
de sexualidad son genitalizados, de
consumo, donde la promiscuidad es un estilo de vida y las mujeres son objetos
sexuales salvajes a la disponibilidad de
todos………. Y cuando tengo conversatorios al respecto con esos adolescentes
hombres con los que trabajo, me miran como extrañados???? Doctora si son ellas las
que insinúan y si uno no responde, comienza el “chalequeo” (allí comienzan cada
uno a contar algunas de sus experiencias
de vida)……Y yo me pregunto dentro de mis
contradicciones profesionales ¿Y dónde van encontrar una mujer joven algún modelo
positivo a seguir? Y ¿cómo van a respetar los hombres jóvenes a la sexualidad
femenina si las mismas mujeres jóvenes parecen estar echando todas sus precauciones
sexuales por la ventana? Desde el envío de mensajes de texto con contenido
sexual (sexting), hasta las corrientes dominante de la pornografía amateur, (videos
pornográficos que se envían a través de los teléfonos celulares, muchos
liceístas lo practican) ha surgido una nueva cultura de cortejo de mal gusto,
uno en el que las mujeres no sólo participan, sino que llevan la peor parte.
Jennifer Egan, en su crítica al libro publicada en el New York Times, dice que “las mujeres adoptaron a esta tendencia alterando cosmética y quirúrgicamente sus cuerpos (muchos son los comentarios desde que me puse las lolas mi novio me busca más) y algo más severo es que confunden el poder del cuerpo y sexual con el poder real, por lo que aceptar esta forma caricaturesca de la sexualidad se vuelve una clase perversión.
Y con el numero significativo de muertes de mujeres por los biopolimeros, vale la pena preguntarnos si este mundo de pompis subido de tono y de volumen reflejan lo lejos que hemos llegado o lo mucho que nos falta por recorrer.
La cosificación sexual de las mujeres no es nada nuevo. Incluso Cleopatra, una de las líderes más inteligentes y poderosas que el mundo ha conocido, es recordada en la historia por sus habilidades de seducción.
Pero hoy en día, los hombres, la cultura patriarcal dominante no son los únicos que deshumanizan y perciben a las mujeres como objetos. De hecho, las mujeres se cosifican a ellas mismas, y con frecuencia lo hacen a otras mujeres también. Se ven a través de los ojos de los hombres, ya sea que se estén viendo en un espejo o en la pista de baile. La mirada masculina está por doquier.
Si no hubiera esa cultura exacerbada de hombres mirando a objetos sexuales, no habría mujeres publicando imágenes de ellas semidesnudas en la web. Si no hubiera esa cultura exacerbada de hombres mirando, no habría ninguna razón para que las mujeres se conviertan en ‘objetos sexuales insaciables’ si podemos ser humanamente muchas cosas hermosas que complementen un ejercicio de la sexualidad placentero.
Es importante una corresponsabilidad social enseñar, educar a nuestras niñas y niños a cómo proteger y canalizar su propia sexualidad desde lo positivo y auto valoración personal, también creo que debemos concentrarnos en los niños y jóvenes, sin dejar que olviden su responsabilidad. Si las niñas y adolescentes están bajo la mirada masculina (en una situación real o en su interior), entonces necesitamos cambiar esa mirada. Los hombres necesitan aprender a ver a las mujeres de forma diferente. ¿Cómo? Creo yo….
1. Comienza con tu propia relación. Casi desde el nacimiento, los niños imitan lo que ven en casa, el entorno familiar, Si tú y tú pareja no se tratan con respeto, hay violencia de género, podrás esperar la misma conducta de tus hijos.
2. Hablar de sexualidad. Hay mucha información idónea hoy día en los libros, en internet. No evites la conversación comiénzala. Es particularmente importante que el papá, u otro modelo masculino a seguir, ayuden a crear un sentido de respeto hacia las mujeres. Los padres no pueden adoptar un enfoque de ‘no hablar de nada malo’ en torno a la educación de la sexualidad… lo que los muchachos aprenden hoy día en la calle o a través de sus iguales es desde la distorsión y valores negativos.
3. Ayuda a tus hijos a decodificar los medios. Muéstrales imágenes que cosifiquen a las mujeres y explícales por qué no reflejan con precisión la sexualidad femenina, lo que es ser humana. No olvides hacer notar los modelos femeninos positivos, porque sí existen.
4. Mantente al tanto de su mundo. Habla con los maestros de tus hijos y con otros padres, madres o adulto significativo para darle una idea de lo que pasa en su salón de clases. Deja que tus hijos se equivoquen de vez en cuando, porque tú cometiste tus errores. No puedes cerrarles la puerta al mundo, pero sí puedes ayudar a tus hijos e hijas a vivir en él.
Recuerda que no puedes evitar que un niño o niña vea el mundo que le rodea, pero puedes cambiar la forma en que lo ve. Lo que necesita ver es a todas las mujeres fuertes, luchadoras, ejemplares que conocen la y diferencia entre la realidad, los reality shows y los diversos medios de comunicación..
Suscribirse a:
Entradas (Atom)