Cuando se
menciona la palabra “violencia” al instante se piensa en agresiones físicas,
mutilaciones, homicidios, sin embargo ésta está presente en la vida cotidiana
de las relaciones de pareja que en muchas ocasiones para desapercibida.
Esperanza
Carlos Hernández, psicóloga de la UNAM en entrevista con SD explica que “la
agresión puede surgir cuando el hombre y la mujer están en desacuerdo y
compiten por el control y la influencia. Si uno de los dos siempre quiere tener
el dominio de la relación puede generar una pareja con problemas de
agresividad”. Recomienda en estos casos aprender a reconocer cuando no se está
participando equilibradamente en las decisiones de pareja, por ejemplo, uno de
los dos siempre elige a qué lugar ir, qué ropa comprar o usar, impide ir a
fiestas, hasta llegar a influir o controlar el comportamiento laboral o social
del otro.
El INEGI en
conjunto con el Instituto Nacional de las Mujeres ha llevado a cabo en tres
ocasiones la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los
Hogares (ENDIREH), donde se registran los casos de violencia tanto físicos como
emocionales que sufren las mujeres en el país. En los criterios de evaluación
identificaron cinco tipos de violencia: física, emocional o psicológica, sexual,
económica y patrimonial.
La versión
más reciente de este estudio se realizó en 2011 con encuestas realizadas en 128
mil viviendas en ámbitos rurales y urbanos, donde se recabó que del total de
las cuestionadas de 15 años o más, un 46.1% había sufrido algún incidente de
violencia en pareja en su actual o última relación, siendo el Estado de México
la entidad con mayor porcentaje (56.9%), el DF está en cuarto lugar con casi
52%. Un 42.4% de estas mujeres dijo haber recibido agresiones emocionales y el
24.5% declaró que, en algún momento de su relación, su pareja intentó controlar
la forma en que gasta su dinero.
Por otro
lado, la violencia física se vio reflejada en 13.5% de este grupo,
provocándoles daños permanentes o temporales, en este rubro – una vez más- el
Estado de México resultó más alto. En cuanto a la violencia sexual, el 7.3% de
ellas dijo haber sido intimidada o dominada para tener relaciones sexuales sin
su consentimiento.
Además de
los datos duros, la encuesta también dejó entrever que muchas señales de
violencia son ignoradas o incluso justificadas, por ejemplo, casi un 17 por
ciento de las mujeres estuvo de acuerdo con que ““una esposa debe obedecer a su
pareja en todo lo que él ordene” y otro 15% consideró como una obligación el tener
relaciones sexuales con su cónyuge. Respecto a eso, la también catedrática de
la Facultad de Psicología de la UNAM identifica algunos de los factores por los
que las personas pueden desarrollar actitudes violentas o solaparlas: Maltrato
o poco afecto por parte de los progenitores, desempleo, por imitar los que
hacen otras personas que emplean la agresión para resolver problemas, pasar por
un proceso de divorcio, alto nivel de estrés, sentimiento de frustración por
los fracasos sentimentales o laborales a lo largo de su vida, los valores
respecto a la agresión que predominen en su estrato social o que comparten con
amigos y familiar.
IDENTIFICACIÓN Y PREVENCIÓN
En ambas investigaciones el común denominador,
y aspecto más preocupante es que las personas son incapaces de identificar la
violencia como tal, es decir, creen que es natural que en una relación se llame
a todas horas, se cele y se golpee “jugando”. Esta “ceguera” se da porque la
agresión durante el noviazgo tiene un alto contenido afectivo y emocional que
hace que se disfrace y pase desapercibida. Sumado a las educaciones
costumbristas que algunas personas podrían tener y conceptos como el machismo.
La especialista Esperanza Carlos diferencia las agresiones en físicas y en
emocionales, en las primeras identifica los golpes, jalones, insultos, amenazas
y las expresiones que persiguen el propósito de herir a la otra persona como
“Decir ‘qué fea te ves hoy o qué tonto eres’ “, ejemplifica. Por la parte
emocional, “cuando alguien es muy hostil logrando que la persona se sienta mal,
afligida, afectando a la pareja, mientras el agresor no siente remordimiento
alguno, con frases como ‘Tú nunca puedes lograr nada”.
Algunas
señales de violencia psicológica a identificar es cuando tu pareja reacciona de
forma exagerada a situaciones de celos, chantajes, o situaciones de la vida
cotidiana y puede ser un alto nivel de riesgo. Algunas personas tienen
inclinación permanente a la violencia, otros usan la agresión para lograr algún
propósito y algunos otros son sólo rápidos en explotar en ira intensa”,
continúa la psicóloga Carlos Hernández.
Aquí te
dejamos 10 señales con las que podrás
reconocer si tu pareja tiene tendencia a la agresión o si te encuentras dentro
de una relación peligrosa:
1. Te pone apodos o te llama de maneras
que te desagradan, sobre todo en público.
2. Ha intentado chantajearte
sentimentalmente, o lo has descubierto mintiendo y engañándote.
3. Trata de controlar tus actividades,
con quién sales, revisa tu celular e incluso te hace prohibiciones.
4. Te cela, insinúa que andas con
alguien más, o te compara con sus ex novias.
5. Ha destruido alguna posesión tuya
(cartas, regalos, celulares).
6. Identificas que te “manosea” o hace
caricias agresivas.
7. Te ha golpeado argumentando que es
“de juego”.
8. Ha ocurrido violencia física:
cachetadas, empujones, patadas hasta puñetazos.
9. Amenaza con golpearte, encerrarte,
dejarte o incluso con matarte.
10. Te obliga a tener relaciones
sexuales o incurre en violaciones.
La psicóloga hace referencia a Virginia Satir,
una terapeuta estadounidense: “un factor determinante en la forma de calificar
una experiencia amorosa o tener expectativas ante ella es la autoestima pues
‘entre más elevada sea, menos dependeremos de la demostración concreta y
continua de valor que tenemos del cónyuge, para sabernos valiosos.
Por el contrario, si nuestra concepción del yo
es baja, tendremos a depender de las autoafirmaciones constantes originando
ideas equivocadas de lo que puede ser el amor´”, dice. Ante las primeras
señales, indica que es muy probable que la violencia aumente o que pase del
abuso psicológico al físico, por lo que se recomienda estar consciente de las
consecuencias y buscar ayuda profesional. En cuanto a los casos más graves se
debe acudir a interponer una denuncia a la delegación correspondiente, o al
Centro de Atención a la Violencia Intrafamiliar (CAVI).
Por último,
Esperanza Carlos nos dice que “el amor no puede cumplir con todas las
exigencias que la vida de pareja presupone, también son fundamentales la inteligencia,
la información, la conciencia y la competencia, complementando la satisfacción
del individuo. No debes tener una relación violenta, debes tener una pareja
complementaria y compartir la vida”.
Este contenido ha sido publicado originalmente por SINEMBARGO.MX en la siguiente dirección: http://www.sinembargo.mx/30-06-2013/659780. Si está pensando en usarlo, debe considerar que está protegido por la Ley. Si lo cita, diga la fuente y haga un enlace hacia la nota original de donde usted ha tomado este contenido. SINEMBARGO.MX
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Cuando se menciona la
palabra “violencia” al instante se piensa en agresiones físicas,
mutilaciones, homicidios, sin embargo ésta está presente en la vida
cotidiana de las relaciones de pareja que en muchas ocasiones para
desapercibida.
Cuando se menciona la
palabra “violencia” al instante se piensa en agresiones físicas,
mutilaciones, homicidios, sin embargo ésta está presente en la vida
cotidiana de las relaciones de pareja que en muchas ocasiones para
desapercibida.
Cuando se
menciona la palabra “violencia” al instante se piensa en agresiones físicas,
mutilaciones, homicidios, sin embargo ésta está presente en la vida cotidiana
de las relaciones de pareja que en muchas ocasiones para desapercibida.
Esperanza
Carlos Hernández, psicóloga de la UNAM en entrevista con SD explica que “la
agresión puede surgir cuando el hombre y la mujer están en desacuerdo y
compiten por el control y la influencia. Si uno de los dos siempre quiere tener
el dominio de la relación puede generar una pareja con problemas de
agresividad”. Recomienda en estos casos aprender a reconocer cuando no se está
participando equilibradamente en las decisiones de pareja, por ejemplo, uno de
los dos siempre elige a qué lugar ir, qué ropa comprar o usar, impide ir a
fiestas, hasta llegar a influir o controlar el comportamiento laboral o social
del otro.
El INEGI en
conjunto con el Instituto Nacional de las Mujeres ha llevado a cabo en tres
ocasiones la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los
Hogares (ENDIREH), donde se registran los casos de violencia tanto físicos como
emocionales que sufren las mujeres en el país. En los criterios de evaluación
identificaron cinco tipos de violencia: física, emocional o psicológica,
sexual, económica y patrimonial.
La versión
más reciente de este estudio se realizó en 2011 con encuestas realizadas en 128
mil viviendas en ámbitos rurales y urbanos, donde se recabó que del total de
las cuestionadas de 15 años o más, un 46.1% había sufrido algún incidente de
violencia en pareja en su actual o última relación, siendo el Estado de México
la entidad con mayor porcentaje (56.9%), el DF está en cuarto lugar con casi
52%. Un 42.4% de estas mujeres dijo haber recibido agresiones emocionales y el
24.5% declaró que, en algún momento de su relación, su pareja intentó controlar
la forma en que gasta su dinero.
Por otro
lado, la violencia física se vio reflejada en 13.5% de este grupo,
provocándoles daños permanentes o temporales, en este rubro – una vez más- el
Estado de México resultó más alto. En cuanto a la violencia sexual, el 7.3% de
ellas dijo haber sido intimidada o dominada para tener relaciones sexuales sin
su consentimiento.
Además de
los datos duros, la encuesta también dejó entrever que muchas señales de
violencia son ignoradas o incluso justificadas, por ejemplo, casi un 17 por
ciento de las mujeres estuvo de acuerdo con que ““una esposa debe obedecer a su
pareja en todo lo que él ordene” y otro 15% consideró como una obligación el
tener relaciones sexuales con su cónyuge. Respecto a eso, la también
catedrática de la Facultad de Psicología de la UNAM identifica algunos de los
factores por los que las personas pueden desarrollar actitudes violentas o solaparlas:
Maltrato o poco afecto por parte de los progenitores, desempleo, por imitar los
que hacen otras personas que emplean la agresión para resolver problemas, pasar
por un proceso de divorcio, alto nivel de estrés, sentimiento de frustración
por los fracasos sentimentales o laborales a lo largo de su vida, los valores
respecto a la agresión que predominen en su estrato social o que comparten con
amigos y familiar.
IDENTIFICACIÓN
Y PREVENCIÓN En ambas investigaciones el común denominador, y aspecto más preocupante
es que las personas son incapaces de identificar la violencia como tal, es
decir, creen que es natural que en una relación se llame a todas horas, se cele
y se golpee “jugando”. Esta “ceguera” se da porque la agresión durante el
noviazgo tiene un alto contenido afectivo y emocional que hace que se disfrace
y pase desapercibida. Sumado a las educación costumbrista que algunas personas
podrían tener y conceptos como el machismo. La especialista Esperanza Carlos
diferencia las agresiones en físicas y en emocionales, en las primeras
identifica los golpes, jalones, insultos, amenazas y las expresiones que
persiguen el propósito de herir a la otra persona como “Decir ‘qué fea te ves
hoy o qué tonto eres’ “, ejemplifica. Por la parte emocional, “cuando alguien
es muy hostil logrando que la persona se sienta mal, afligida, afectando a la
pareja, mientras el agresor no siente remordimiento alguno, con frases como ‘Tú
nunca puedes lograr nada”.
Algunas
señales de violencia psicológica a identificar es cuando tu pareja reacciona de
forma exagerada a situaciones de celos, chantajes, o situaciones de la vida
cotidiana y puede ser un alto nivel de riesgo. Algunas personas tienen
inclinación permanente a la violencia, otros usan la agresión para lograr algún
propósito y algunos otros son sólo rápidos en explotar en ira intensa”,
continúa la psicóloga Carlos Hernández.
Aquí te
dejamos 10 señales con las que podrás reconocer si tu pareja tiene tendencia a
la agresión o si te encuentras dentro de una relación peligrosa:
1. Te pone apodos o te llama de maneras
que te desagradan, sobre todo en público.
2. Ha intentado chantajearte
sentimentalmente, o lo has descubierto mintiendo y engañándote.
3. Trata de controlar tus actividades,
con quién sales, revisa tu celular e incluso te hace prohibiciones.
4. Te cela, insinúa que andas con
alguien más, o te compara con sus ex novias.
5. Ha destruido alguna posesión tuya
(cartas, regalos, celulares).
6. Identificas que te “manosea” o hace
caricias agresivas.
7. Te ha golpeado argumentando que es
“de juego”.
8. Ha ocurrido violencia física:
cachetadas, empujones, patadas hasta puñetazos.
9. Amenaza con golpearte, encerrarte,
dejarte o incluso con matarte.
10. Te obliga a tener relaciones
sexuales o incurre en violaciones.
La psicóloga hace referencia a Virginia Satir,
una terapeuta estadounidense: “un factor determinante en la forma de calificar
una experiencia amorosa o tener expectativas ante ella es la autoestima pues
‘entre más elevada sea, menos dependeremos de la demostración concreta y continua
de valor que tenemos del cónyuge, para sabernos valiosos.
Por el contrario, si nuestra concepción del yo
es baja, tendremos a depender de las autoafirmaciones constantes originando
ideas equivocadas de lo que puede ser el amor´”, dice. Ante las primeras
señales, indica que es muy probable que la violencia aumente o que pase del
abuso psicológico al físico, por lo que se recomienda estar consciente de las
consecuencias y buscar ayuda profesional. En cuanto a los casos más graves se
debe acudir a interponer una denuncia a la delegación correspondiente, o al
Centro de Atención a la Violencia Intrafamiliar (CAVI).
Por último,
Esperanza Carlos nos dice que “el amor no puede cumplir con todas las
exigencias que la vida de pareja presupone, también son fundamentales la
inteligencia, la información, la conciencia y la competencia, complementando la
satisfacción del individuo. No debes tener una relación violenta, debes tener
una pareja complementaria y compartir la vida”.
Este contenido ha sido publicado originalmente por SINEMBARGO.MX en la siguiente dirección: http://www.sinembargo.mx/30-06-2013/659780. Si está pensando en usarlo, debe considerar que está protegido por la Ley. Si lo cita, diga la fuente y haga un enlace hacia la nota original de donde usted ha tomado este contenido. SINEMBARGO.MX
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Por: Daniela Medina - junio 30 de 2013 - 0:00
Revista SD, TIEMPO REAL
Por: Daniela Medina - junio 30 de 2013 - 0:00
Revista SD, TIEMPO REAL
Por: Daniela Medina - junio 30 de 2013 - 0:00
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